¿Qué es el aprendizaje? ¿Por qué algunas personas aprenden todo lo que se les enseña y otras no? ¿De qué depende el aprendizaje?

Primero que nada, todos, absolutamente todos nosotros aprendemos algo nuevo cada día de nuestras vidas.

Ahora, más bien, la pregunta podría ser, ¿por qué no logro recordar lo que debo aprender?

El aprendizaje es un proceso en el cual percibimos información por medio de nuestros sentidos. Si esta información es relevante para nosotros, la clasificaremos y almacenaremos. Pero si la información nos es irrelevante, la desecharemos en automático, es decir, no la vamos a registrar.  Nuestro cerebro sólo puede procesar cierta cantidad de información al mismo tiempo por lo que le dará prioridad a lo que más llame su atención. De ahí que escojamos a cuál de nuestros sentidos le daremos mayor importancia. Algunas veces, intensificamos nuestro sentido del oído para escuchar con atención cuando nos habla una persona y cancelamos el ruido de nuestro alrededor. Otras veces, al leer, por ejemplo, fijamos nuestra vista en las palabras y cancelamos distractores como el ruido para evitar distraernos.

Sin embargo, otras veces, no podemos concentrarnos porque los ruidos fuertes, como el llanto de un bebé o la sirena de una ambulancia, no nos lo permiten. Algunas veces estamos platicando y si nos llega un olor desagradable, este olor ganará nuestra atención y perderemos el hilo de la conversación. Estos son ejemplos del por qué no logramos aprender. No es porque no tengamos la capacidad cognitiva para hacerlo, más bien, no logramos canalizar el mensaje.

Ahora, nosotros tenemos 8 sentidos, 5 sentidos que nos ayudan a percibir el mundo exterior: gusto, olfato, oído, vista y tacto; y 3 sentidos que nos ayudan a percibir nuestro mundo interior: vestibular, propioceptivo e interoceptivo.

¿Tú puedes leer mientras estás mareado? O, ¿puedes escribir mientras sufres de un dolor de cabeza? Desde que nacemos, nuestro cuerpo y cerebro trabajan juntos para ir ajustando nuestros 8 sentidos. A este proceso se le conoce con el nombre de regulación.

Algunos niños tienen dificultades para lograr esta regulación y sufren mucho, porque no logran experimentar su entorno igual que los demás y pierden oportunidades de aprendizaje. Otros niños, tienen dificultades para coordinar sus movimientos o medir su fuerza; otros peques tendrán dificultades para ver o para escuchar. Nuestro desarrollo es jerárquico, es decir, en etapas. Es muy importante tener claro los hitos del desarrollo para determinar si nuestros hijos los están alcanzando o no, en otras palabras, saber si mi hijo se está desarrollando de acuerdo a lo esperado en cada etapa. Los hitos del desarrollo nos permiten saber si nuestros hijos se están desarrollando en las diferentes áreas de acuerdo a lo esperado o si se están desfasando. Ojo, el desfase se puede percibir tanto como un adelanto o un retraso. Si esto está sucediendo, es importante consultarlo con un especialista.

Si se hace una detección temprana y una intervención oportuna, este desfase será muy fácil de canalizar. Sin embargo, si dejamos que el desfase se prolongue, el cerebro comenzará a desarrollar estrategias de compensación que luego serán más difícil de corregir y podrían desencadenar un trastorno de aprendizaje.

Marlene Miller Esquivel.

Terapeuta clínica de aprendizaje de micentro.

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