Los primeros mil días del bebé

Les quiero hablar hoy, sobre la importancia que tienen los primeros mil días del bebé humano. Creo que, si todos los padres, madres o cuidadores conociéramos la relevancia de esta etapa de la vida, nos correría menos prisa para que los niños crecieran y disfrutaríamos más apoyando y observando todas las líneas de desarrollo que se despliegan ante nuestros ojos.

Durante los primeros mil días de la vida de un bebé se dan periodos críticos y sensibles del desarrollo. Literalmente se cincela la arquitectura cerebral impulsada por la biología, pero potenciada con cada experiencia que tiene el bebé con sus cuidadores y con su entorno. Es por lo tanto un periodo de oportunidad, pero también de vulnerabilidad cuando las condiciones no son favorables.

En los primeros años de vida se construyen millones de conexiones neuronales que conformarán su desarrollo fisiológico, social, emocional y cognitivo. Es impresionante pensar que un bebé logra en los primeros años de vida lo que como especie a la humanidad le tomó millones de años lograr: caminar en dos piernas, comunicarse con palabras, organizar las ideas, manipular objetos, interactuar socialmente.

Los seres humanos somos la especie cuya infancia dura más tiempo y esto tiene una razón: la complejidad a la que llegan nuestros cerebros. Si observamos la naturaleza, los animales que llegan a tener cerebros mas evolucionados necesitan mas tiempo junto con sus padres mientras van aprendiendo y madurando sus sistemas. El infante humano además nace más inmaduro porque evolutivamente la bipedestación hizo modificaciones anatómicas en el cuerpo de las mujeres, provocando que los embarazos solo duraran nueve meses ya que resultaba imposible que los bebés estuvieran más tiempo intrauterino y pudieran salir por el canal de parto. Es por ello que el bebé nace tan dependiente de sus cuidadores, incluso hay autores que postulan que se necesita al menos otros nueve meses de “exterogestación” con condiciones muy similares a las que tenía cuando estaba dentro de mamá: temperatura adecuada constante, alimento constante, movimiento, ritmos y proximidad constante.

El bebé para su óptimo desarrollo necesita durante sus primeros años de vida de sus cuidadores todo el tiempo. Viene al mundo diseñado para la conexión. Nace con un sistema de apego que se encenderá ante el estrés o la intensidad emocional y desplegará conductas de apego para conseguir o mantener proximidad con sus padres o cuidadores y obtener de ellos la contención y corregulación emocional que necesita para sentirse seguro. También cuenta con un sistema de exploración que se activará si se siente seguro. Este sistema de exploración promueve el crecimiento, el aprendizaje y la socialización.

En estos primeros mil días el bebé más que nunca necesita contar con cuidadores sensibles y disponibles que respeten sus ritmos y le permitan a través del vínculo y la estimulación construir los cimientos firmes para una vida plena. Los invito a disfrutar, sin acelerar procesos, de esta etapa tan crucial de la vida de sus bebés.

Alejandra Jiménez Gutiérrez

 

Alejandra Jiménez