La ansiedad en nuestros días

 

Me parece importante que hablemos del papel que juega la ansiedad en nuestros días. Las estadísticas no mienten y nos dicen que cada vez hay más incidencia de trastornos de ansiedad y tristemente cada vez se presentan a edades más tempranas. Por supuesto que como padres esto nos preocupa. Diría Marie Curie “Nada en este mundo debe ser temido…solo entendido. Ahora es el momento de comprender más, para que podamos temer menos”. Lo que debe ocuparnos es estar conscientes del mundo que están enfrentando nuestros hijos, estar listos para detectar señales de ansiedad y promover ambientes seguros donde puedan descansar de este mundo tan presionante.

La ansiedad surge cuando los seres humanos nos sentimos en peligro. Cuando nuestros hijos están ansiosos lo primero que debemos preguntarnos es  ¿Cuál será el peligro que está percibiendo?. Pensemos por ejemplo que un niño o adolescente puede sentirse en peligro cuando están amenazadas sus necesidades básicas de sueño, de alimento de salud o las afectivas de sentirse cuidado y perteneciente a sus grupos sociales. Pero hay sensaciones de amenaza que no son tan perceptibles para el ojo del adulto y que activan en los cerebros de los niños y jóvenes la señal de amenaza de la misma forma que lo haría un depredador persiguiéndolo en los tiempos de los cazadores. Como pudiera ser un examen, no ser invitado a una fiesta, pelear con un amigo o sentirse inadecuado.

Las presiones de hoy, las redes sociales, las exigencias y las competencias que impone la sociedad, los logros precoces exigidos y promovidos consciente o inconscientemente hacen a nuestros niños y jóvenes más vulnerables, sintiéndose amenazados constantemente.

Algunas señales que pueden mostrarnos que nuestro hijo esta ansiosos son: que se frustra con facilidad, esta irritable o enojado, se queja de dolencias como dolores de cabeza o estomago, dificultad al respirar, trastornos de sueño y/o alimentación, manifiesta miedos o preocupaciones recurrentes, no quiere ir a la escuela o se retrae socialmente, se desrregula con facilidad, le cuesta completar tareas o seguir reglas.

¿Qué necesitan de sus padres? Necesitan figuras que los ayuden a regularse ante el estrés. Bases seguras que les permitan salir a explorar al mundo y refugios seguros que les permitan regresar en busca de consuelo, organización y contención ante situaciones estresantes. Para poder regular a los hijos necesitamos fomentar nuestras habilidades de observación, interpretación y respuesta a sus estados emocionales y validarlos.

Nuestros hijos necesitan sentirnos disponibles y sensibles a sus señales y necesidades, la mejor manera de ayudarlos a diminuir la ansiedad es generando entornos estructurados, predecibles, amorosos y generadores de calma.

¡Hasta la próxima!

Alejandra Jiménez

 

 

 
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