La belleza y los tutores de resiliencia

Acercándonos ya a cumplir dos meses de confinamiento creo que ya todos hemos sido visitados por todas las emociones. Hemos tenido días muy buenos y días muy malos. Momentos de motivación extrema y momentos de desesperanza absoluta. Hemos visto lo más positivo de nuestras personalidades y también lo más obscuro. Algunas noches conciliamos el sueño sereno y muchas otras son de insomnio y desasosiego. Diario nos levantamos añorando la simplicidad de un día ordinario, de esos que tal vez dábamos por hecho y hoy nos prometemos que vamos a saborear tanto cuando superemos esta pandemia.

Es fácil pensar lo que detona esos días malos de confinamiento; cuando nos inunda el miedo, la ansiedad, el hartazgo. Cuando tenemos fricciones con los que nos rodean porque no podemos mantener una distancia óptima o una cercanía anhelada. Los detonan las presiones económicas o las desregulaciones emocionales de los hijos quienes no pueden entender bien porque todo cambió de pronto. Lo detonan la sensación de encierro y de incertidumbre.

Hoy quiero invitarlos a reflexionar sobre los disparadores de los días buenos. Los días de motivación, los días que nos sentimos fuertes y pensamos que vamos a salir mejores cuando todo esto pase. Los días en los que nos invade la certeza de que vamos a estar bien. Esos días en los que podemos conectarnos con la vida , con la pasión, con el sentido y con la belleza.

Boris Cyrulnik es un neurólogo, psiquiatra, psicoanalista y etólogo francés estudioso de la resiliencia. Además de haber tenido experiencias adversas en su propia vida ha estudiado la vida de cientos de personas que han superado experiencias traumáticas construyendo a partir de estas, vidas maravillosas. Es a Cyrulnik a quien le debemos el termino “tutores de resiliencia¨. Un tutor de resiliencia puede ser una persona, un acontecimiento , un encuentro con una obra de arte, una experiencia estética que provoca un renacer psicológico después de un trauma.

Es el contacto con la belleza en cualquiera de sus manifestaciones lo que hace posibles estos días buenos de confinamiento. Es el encuentro con el arte, con la naturaleza, con la mirada de un ser querido. Es una pieza musical, un sueño hermoso, un recuerdo. Es un abrazo, una conversación o un libro. Es un ataque de risa, un juego de mesa , un beso.

Tratemos de sumar más días buenos invitando a todos estos tutores a nuestra casa. Imitemos a los niños que están llenándonos con su arte, con sus juegos y sus cantos. “Le leí un poema y ahora es poeta” me comenta una mamá sobre su hijo Emilio de 7 años quien ahora escribe poemas del mar. Llenémonos de vida lo más que podamos y vamos a estar bien. No solo busquemos tutores de resiliencia , seamos nosotros mismos. Encontremos propósito a nuestros días de cuarentena: Como dijo Viktor Frankl “ Las circunstancias externas pueden despojarnos de todo, menos de una cosa: la libertad de elegir cómo responder a esas circunstancias”.

Hasta La próxima

Alejandra Jiménez Gutiérrez.

Quiero agradecer a Nico de 7 años por permitirme usar su ilustración “Vamos a estar bien” para este blog.

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Alejandra Jiménez